La historia de la ciudad de Heidelberg está estrechamente ligada a la viticultura.
Enclavada en la cadena de colinas de la Bergstrasse y protegida de los fríos vientos del este por el Odenwald, Heidelberg se beneficia de un clima suave y ofrece a las vides de las laderas soleadas todo lo que necesitan para prosperar y producir vinos de alta calidad.
Sólo se puede adivinar desde cuándo existe esta relación. Lo cierto es que ya en el año 766 se cultivaba vino en lo que hoy es el distrito de Rohrbach, en Heidelberg. La donación de un viñedo consta en el Códice Lorsch de ese año. Y hasta hoy, la viticultura está especialmente presente aquí, en el sur de la ciudad. Desde hace algunos años, esto se refleja también en la Ruta del Vino y la Cultura de Rohrbach. En un recorrido circular de unos 8 km, casi 30 paneles en los viñedos presentan datos interesantes sobre el vino, las variedades de uva, la geología, el clima, la historia y la cultura vital, así como la flora y la fauna de la región. Varias bodegas familiares cultivan los viñedos de los alrededores y presentan sus productos en la Fiesta del Vino de Rohrbach.
Romántica e idílica, cosmopolita y dinámica: Heidelberg combina sin esfuerzo aparentes opuestos.
De casi ninguna otra ciudad europea se ha hablado tanto como de Heidelberg. Las misteriosas ruinas de un castillo, el pintoresco casco antiguo, una "ubicación paisajística ideal", como escribió Goethe: todo esto atrajo a los románticos alemanes del siglo XIX, que inmortalizaron Heidelberg en poesía, música y pintura.
Heidelberg era la ciudad residencial de los electores alemanes y fue un punto central de la historia alemana durante siglos. Nombres de familias nobles como los Wittelsbach, los Estuardo o los Médicis, de teólogos como Martín Lutero o de políticos como Friedrich Ebert están asociados a ella.
En 1386, el príncipe elector Ruprecht fundó en Heidelberg la primera universidad en suelo alemán, que aún hoy configura la vida del centro de la ciudad.
Las rutas de descubrimiento por el casco antiguo, los paseos hasta el Puente Viejo y por el Camino de los Filósofos o las visitas al castillo y a los numerosos museos reviven esta apasionante historia.
La cultura es el pulso de Heidelberg. Casi ninguna otra ciudad de tamaño comparable en Alemania ofrece un programa cultural tan polifacético y extenso como Heidelberg: desde el festival de música "Heidelberger Frühling" hasta el festival de verano del castillo y el festival de jazz "Enjoy Jazz". Y no hay que olvidarlo: Las Iluminaciones del Castillo de Heidelberg con grandiosos fuegos artificiales y el maravilloso Mercado de Navidad de Heidelberg como atmosférico fin de año.
A pesar de todo su romanticismo y tradición, Heidelberg es animada, como corresponde a una ciudad universitaria. Para los noctámbulos, la ciudad ofrece numerosos y entretenidos lugares de encuentro, desde pintorescos pubs de estudiantes, discotecas, clubes de jazz y de música hasta restaurantes regionales e internacionales y gastronomía de primera.
El escritor Saša Stanišić, galardonado con el Premio Alemán del Libro 2020, escribió sobre la ciudad donde pasó su infancia y juventud como refugiado: "Solo las ciudades donde los olivos crecen secos después de la lluvia son tan hermosas como Heidelberg."
Nos vemos pronto en... ¡Heidelberg!
